Empecemos aclarando una cosa: el Cementerio de Azul no es sólo Salamone. Hay muchísimos elementos arquitectónicos, decorativos y folklóricos que por sí solos merecían un post.
Empecé mi paseo después de tomar unas cuantas fotos del portal. Busqué algo que había visto en
2005, en mi anterior visita. O más bien, la imagen me buscó a mí ("...she once had me", dicen los Beatles). Se trata de esta
calavera rodeada de serpientes, en el sepulcro de Mujica.

Más tarde, siempre vagabundeando, hallé algunos vitrales interesantes. Para hallarlos, uno tiene que espiar dentro de los panteones, una actividad siempre reconfortante. Y muy interesante.


Después se me cruzó esta preciosa gárgola.

Y llegué a este bellísimo panteón art déco. Ya dije que
Azul está llena de art déco. No hay tanto en el Cementerio, eso sí.



Paseo por las tumbas.







Al lado del Cementerio "de todos", hay un largo pasillo. Allí se encuentran muchas lápidas de gente de religión distinta a la Católica. Es decir, lo que suele llamarse Cementerio de Disidentes. Hay varios masones. (Añadido más tarde: lean
esto, sobre la Logia 106, la que erigió esta estela.)

Ya estaba entrando a salir, cuando me puse a charlar con dos policías, que cumplen función de seguridad en el Camposanto. Me hablaron, fundamentalmente, de dos cosas: del viejo Cementerio del Oeste o "de los pobres", que fue demolido, y los huesos secos (como dice Isaías, en uno de los pasajes más inquietantes del Antiguo Testamento, que leí a los ocho años), digo, los restos que estaban allí, fueron depositados en una fosa común. La tapa de la fosa está rota en una esquina. Por allí metí mi cámara. El flash reveló un terrible amontonamiento de esqueletos, que por respeto a esos difuntos desconocidos no mostraré.
Y lo otro que me contaron fue que hay un mausoleo en el Cementerio que, según ellos, es de una secta, y del que -y eso es lo más interesante- por la noche "salen voces". Allí fuimos.

La tal secta resultó ser la Masonería. Y en cuanto a las voces, es una leyenda muy interesante. Quedé en muy buenas relaciones con los policías, así que es posible que en una próxima visita pueda quedarme cuando oscurece. Y, con suerte, podré escuchar esas voces.
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Pido disculpas por escribir tanto, pero me parece que esta vez no alcanzaba con las fotos. Todas las imágenes fueron tomadas con la Kodak C310, de 4 megapíxeles.